Ese mundo que a solas
habité
flotando entre lo oscuro
donde con Dios viví,
fue para mi una
incógnita,
un tiempo sin distancia,
algo intangible,
desconocido y nebuloso,
perdido entre silencios
especiados.
Allí no había palabra
que decir,
ninguna voz se oía
en el silencio.
Ninguna mirada
que entregar
ni un oído para percibir,
ni lengua alguna
para hablar.
Sin párpados ni ojos
para ver
y sólo atado a un extraño
cordón
que no podía templar.
Así era mi vida:
Simple como una hebra
antes de haber nacido.
Uno como especie de alba
roja
y solitario que esperaba.
En nueve meses no dije
una palabra
ni vi paiasaje alguno.
Al aire lo sentí como
una bendición,
fresco para el aliento
de mi piel,
tierno como los ruegos
de alguien que llevaba
adentro
y que me amaba.
Tampoco había sombras
por los alrededores del vientre
por donde mis manos
discurrían
y mis pies se movían
como pestañas
rotas.
Entretanto caminaban
por mi en la ciudad
hambriento,
por las calles sedientas,
por las aceras lavadas
por la lluvia,
comprometidas al paso
de la vida.
Y comencé a sentir.
Mi corazón que siempre
había latido
lanzó un largo gemido
cuando
a la hora de mi nacimiento
la luz
se hizo mis ojos
y mis labios lloraron.
No se si era domingo
o lunes,
o el viernes que ahora
quiero,
o cualquier día en la premura
que Dios quiso
fuera mi nacimiento.
Lo cierto es aquel momento
alguien que presumí
quise,
desde siempre amé
y ahora conozco a plenitud,
abrió
sus piernas saludables,
se quejó largamente
y gritó
Heroína con nombre
de cereza, luz, color,
agua que corre, sueño
que comienza,
lucero que titila, tiempo
que alumbra,
fuego que en la historia
se eterniza,
lloró hasta que se rió
burlando
su cansancio y me abrazó
a sus brazos.
Entonces sentí un beso
y empezó a arder
mi sangre.
Se avivaron mis ojos
y también sonreía,
supe de quién venía
y adiviné quién era.
Desde mi propio
inicio,
hasta por siempre
ahora,
su nombre es Divina
para mi bendición.
Y cuando abrí los ojos
la vi entre mis recuerdos:
supe que era mi madre.
Copyright: Quino
Este poema está dedicado a mi madre, justo unos días antes de fallecer(D.E.P.) y creo que mi mejor contribución es ésta. Porque madre sólo hay una. Ella forma parte de muchas de mis inspiraciones... sabiendo que cada día está conmigo en pos de obrar -siempre- por la bondad.
ResponderEliminarEs de bien nacidos ser agradecidos, y si es con una madre mucho más.
ResponderEliminarSaludos.
Hola paisana!!! Que razón llevas. Pero mi madre se merece esto y mucho más. Gracias por tu visita y recibe desde mi tierra, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarjoaquín
ResponderEliminarun abrazo muy grande
la mía partío hace dos años y es una ausencia que late
tus versos son amor profundo y semilla clara
una profunda mirada de un hijo bien nacido
cuanto orgullo
ella de seguro lo ha leído en tu pálpito interno
ella no se ha ido
siga viva en tu recuerdo
besitos de luz
Gracias Elisa, por entender lo que trato de decir. Sé que mi mami está muy orgullosa. Pero... creo que por lo menos, entienda que soy portador de su genética incomparable.
ResponderEliminarBesos de sol, gran amiga.
Gran homenaje a la madre que te dio la vida. Cada verso destila una gran sentimiento. Es un poema con corazón propio nacido del corazón.
ResponderEliminarBesos
Gracias Narci... por tu visita y por entender mis sentimientos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga desde Lucus Augusti.
Un bello homenaje
ResponderEliminarque sirviera para
todas las madres
del mundo.
Tus versos destilan
el gran amor de un hijo
que no olvida a quien
le dio la vida.
Besos
Gracias Marisa, por tan bello comentario. Así es verdad nunca la olvidaré.
ResponderEliminarBiquiños...
Bello, intenso y conmovedor. ¡Maravilloso homenaje. Un abrazo grande.
ResponderEliminarAlma, madre solo hay una... y todo lo que se puede decir, contar, expresar, etc... es poco. Es estar en consonancia con la Naturaleza biológica y de donde procedemos -La HUmanidad- tan olvidada.
ResponderEliminarManífico poema Quino, me has hecho recordar a mi madre que también partió hace años. Mi cariño para tí, siempre.
ResponderEliminarEl mejor paisaje está dentro de la madre de uno, Quino. Me ha gustado mucho el sentir que has puesto en este poema, corazón.
ResponderEliminarPerdona por escribir tan tarde, aunque tu ya sabes que te llevo en el pensamiento y no me olvido de esa belleza que se desprende siempre de tus poemas.
Muchos besos desde mi granero más profundo (el de verdad).