A la mañana, al
despertar
mientras aún estabas
en cama, dormida;
yo escribía palabras
sobre tu cuerpo.
Luego te acercaste...
como si de noche, se
tratase;
tú nombre se borró,
tu te asomaste...
y la lujuria brotó.
Entonces dije
con el aliento sólo de
mi voz
idénticas palabras
sobre tu mismo cuerpo;
y nunca nadie
pudo tocarlas
sin calcinarse...
como el halo del
fuego.
Quino ©
Derechos Reservados
Grabar en la piel de la persona amada, palabras de amor, es tener el sentimiento a flor de piel.
ResponderEliminarBesos Joaquín
Es un fuego poderoso el del amor,que duda cabe.
ResponderEliminarBesos.