A la mañana, al despertar
mientras aún estabas
en cama, dormida;
yo escribía palabras
sobre tu cuerpo.
Luego te acercaste...
como si de noche, se tratase;
tú nombre se borró,
tu te asomaste...
y la lujuria brotó.
Entonces dije
con el aliento sólo de mi voz
idénticas palabras
sobre tu mismo cuerpo;
y nunca nadie
pudo tocarlas sin calcinarse
como anillo del fuego.
Quino © 2017
Derechos Reservados
Comentarios
Publicar un comentario
SI CREES QUE EL AMOR, DELIRIO Y GOZO DEL ESPÍRITU, SON CARAS DE LA MISMA MONEDA... NO LO DUDES, PASA Y SI NO RECRÉATE. PUEDE QUE EN EL CANTO ESTÉ LA SOLUCIÓN.